Mis Cuentos NADA

"Hoy soñaste que era 36 de Octubre y era el cumpleaños de tu tia abuela...... Y reías mientras me lo contabas. ¡Qué sueño tan divertido!... y que bueno que me lo cuentes... Hoy ha sido un dia terrible y lo unico divertido ha sido tu historia ... Me la has contado al volver del trabajo y me he reido, te has reído... hemos reido. Y no lo olvidaremos nunca..... Como tampoco debemos olvidar.... porque se nos olvidó ... lo que dice el Dr. Jaume Padrós, Presidente del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona: "Sin economía no hay Salud, pero sin Salud no hay nada" Y hablando de '¡Nada!... me viene a la cabeza la novela "Nada" de Carmen Laforet que con ella y con solo 23 años consigió el Premio Nadal en 1945. Esta novela existencialista refleja el estancamiento y la pobreza en la que se encontraba la España de la posguerra y de nuestros abuelos.
La protagonista de la novela es una joven, llamada Andrea, que recién terminada la Guerra Civil Española se traslada a la ciudad de Barcelona para estudiar y empezar una nueva vida. Pero cuando Andrea llega a casa de su abuela, de donde solo tiene recuerdos de su infancia, sus ilusiones se ven rotas. En este piso de la calle de Aribau, donde aparte de su abuela viven sus tíos, la tensión se hace palpable en un ambiente caracterizado por el hambre, la suciedad, la violencia y el odio. Y Andrea, que vive oprimida por su tía Angustias, siente que su vida va a cambiar cuando su tía se marcha, pero las cosas no acaban de ir como a ella le gustaría. Sin embargo, en la Universidad conoce a Ena, una chica de la que se hará íntima amiga y que desempeñará un papel importante en su vida, pues junto a ella aprenderá lo que el mundo exterior puede ofrecer. Carmen Laforet con una prosa intimista y fotográfica nos describe perfectamente la Barcelona de la época. La autora utiliza para ello recursos propios del impresionismo. Como muestra de estos recursos impresionistas, en Nada predomina la descripción. La protagonista se fija en todo aquello que le rodea a su llegada a Barcelona; transmite una visión totalmente subjetiva, ya que no describe los objetos tal y como son, sino que lo hace como ella los percibe, aportándonos de forma exquisita sus sensaciones y emociones. Afirma la Dra. Rosa Navarro, catedrática de literatura, que es representativo el gran número de veces que la autora utiliza el verbo "parecer". También, sintagmas como "tener la impresión", "tener la sensación" o similares aparecen abundantemente en la novela. Además, una de las formas retóricas más repetidas en la obra es la comparación. Y hoy si comparamos la Barcelona de entonces con la de hoy podemos encontrar puntos en común como la "Nada".

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