Mis Artículos Los Cuentos y su utilidad
Mis Artículos 16/10/2021
LOS CUENTOS Y SU UTILIDAD
Los cuentos han sido utilizados desde tiempos
inmemorables y al principio transmitiéndose de forma oral para educar a pequeños
y grandes. A través de los cuentos se transmiten conocimientos, costumbres, la
cultura pero sobre todo se divulgan los valores tan importantes en los tiempos
que nos ocupan.
Los cuentos son un recurso excelente para la
educación. Educar con cuentos es una opción más que recomendable porque la
educación no sólo se realiza en el aula. Hay muchas formas de educar y todas se
complementan para el mismo fin que es el de que cada vez haya menos brecha en
el conocimiento y el ser humano sea feliz.
Porque a diferencia de lo que Pio Baroja y Nessi
expresaba en su libro de “El árbol de
la ciencia”, publicado en 1911 y a lo que la crítica alemana llama Bildungsroman
(formación de un personaje), yo creo que el conocimiento si lleva a la
felicidad.
En ‘El árbol
de la ciencia’ a su protagonista los estudios no le colman su ansia de
conocimiento y se convierte en seguidor inconsciente de Arthur
Schopenhauer, el padre del pesimismo metafísico y abanderado del
desengaño por el ser humano. Este filósofo alemán afirmó que la existencia es
sufrimiento, y que la
contemplación estética de las cosas y los hechos del mundo nos proporciona un
estado de beatitud que aleja los males inherentes al tremendo hecho de vivir.
Pero también decía que el arte es liberador, gracias a la paz que nos
proporciona la belleza artística olvidamos los pesares; o los transforma de tal
manera que nos recompensa con placer y deseos de acciones buenas y sensatas.
Para Schopenhauer, la «voluntad» humana —desear, anhelar, etc. — es la
raíz del sufrimiento. Una forma temporal de escapar de este dolor es a
través de la contemplación estética. Aquí uno pasa del conocimiento
ordinario de las cosas individuales al conocimiento de las ideas eternas
platónicas o en otras palabras, el conocimiento que está libre del
servicio de la voluntad es la semilla de la felicidad.
En la contemplación estética, ya no se
percibe un objeto de percepción como algo de lo que se está separado; más bien ‘es como si solo existiera el objeto sin
nadie que lo percibiera y no se puede ya separar al que intuye de la intuición
sino que ambos se han hecho una misma cosa, ya que toda la conciencia está
totalmente llena y ocupada por una sola imagen intuitiva’. Sujeto y objeto
ya no se pueden distinguir y la idea pasa a primer plano.
A partir de esta inmersión estética uno ya no es un individuo
que sufre como resultado de la servidumbre a la propia voluntad individual
sino, más bien, se convierte en un "puro, involuntario, exento de dolor e
intemporal sujeto de conocimiento". Igualmente, la belleza humana
es según el filósofo: "una expresión objetiva que designa la más perfecta
objetivación de la voluntad en el más alto grado de su cognoscibilidad, la idea
del hombre en general, expresada por entero en la forma intuida." Schopenhauer dice citando al romántico Johan Wolfgang
von Goethe que: ‘Al que ve la belleza humana no le puede dañar ningún mal: se siente en
consonancia consigo mismo y con el mundo’. El sujeto de la cognición puro y
sin voluntad sólo conoce las ideas, no las cosas individuales: se trata de una
clase de cognición que no se preocupa por las relaciones entre objetos de
acuerdo con el principio de razón suficiente (tiempo, espacio, causa y
efecto) y, en cambio, implica la absorción completa en el objeto.
El protagonista de ‘El árbol de la ciencia” de Pio Baroja siguiendo la idea pesimista
del mundo de Schopenhauer llega a la terrible idea que ser inteligente constituye
una desgracia en este mundo y que la felicidad sólo puede venir de la
inconsciencia y que el conocimiento trae siempre dolor consigo y por ello se
decidirá por la trágica ataraxia o abtención y contemplación
indiferente de todo.
No estoy de acuerdo con esa visión del mundo. Creo
que el conocimiento crea hombres felices a la larga porque ayuda a conocerse a
sí mismos (autoconocimiento) y ese es el principio para entender el mundo que
nos rodea. Y ello es lo que anhela el ser humano desde que nace: ‘entender el mundo que le rodea’. Y ese
deseo de conocer y entender es una acción que de forma ‘sencilla’ pero
decisiva y exacta acerca a la felicidad a través de las historias y de los
cuentos.
Y aún envuelto en un
halo de pesimismo y decepción Schopenhauer
acaba proclamando en su obra que la mayor riqueza del hombre y su genialidad radican
en su propio interior; este goce —escribió el pesimista filósofo— se asemeja “al cálido refugio invernal en medio de la
gélida noche del mundo”. Y añadía que, a tenor de “la necedad que reina por doquier en la sociedad, desde siempre las
personas excelsas, toda vez que sus
necesidades básicas estén cubiertas, se consagraron a ocupaciones sin utilidad
aparente, pero que impulsan el saber y el avance de las ciencias y las artes;
pues el trabajo intelectual es el cénit de la vida feliz”.
Personalmente para mí
una herramienta fundamental para conseguir un mundo feliz es algo tan sencillo
como los cuentos. Pero los cuentos no sirven sólo por ejemplo para
conseguir que los pequeños duerman más felices. Según la escritora y terapeuta española
Begoña Ibarrola, los cuentos constituyen
una herramienta educativa «muy potente» para educar las
emociones, y deberían convertirse en un instrumento para el trabajo diario de
los docentes. Según esta psicóloga, que lleva toda su vida impartiendo cursos
de formación al profesorado y a las familias, y que ha escrito más de 120 cuentos
que en un principio utilizaba para sus pacientes y que con ellos también pretende
apoyar en su labor a los docentes, los cuentos tienen distintas funciones que
son:
1. Función lúdica porque
con las historias el juego está asegurado
2. Función de estímulo de la
fantasía o imaginación
3. Función ética de
transmisión de valores
4. Función terapéutica ya
que muchos cuentos ayudan a que las personas entiendan sus propios procesos
psicológicos y les ayude en sus propios procesos psicológicos y ansiedades y
miedos. Como señala la Dra. Mercedes Bermejo
Boixareu , Psicóloga sanitaria y experta en
Infancia y Adolescencia un cuento apropiadamente elegido puede ayudar en la
terapia de un paciente de forma no invasiva y es una herramienta imprescindible
con los niños
5. Función educativa ya
que ¿quien no ha aprendido algo con los cuentos que le explicaron siendo niños?
Y el uso de cuentos en la enseñanza o en la sanidad
no significa que los maestros y educadores, doctores, psicólogos, etc. deban contar
bien un cuento, ni de que cuenten los cuentos idóneos a la hora de formar a sus
alumnos y pacientes consiguiendo trabajar las temáticas necesarias (que ya lo
hacen) sino en concienciar al mundo que los cuentos son historias de vida que
pueden llevar a crear una mejor sociedad empezando de forma individual y sin
invadir la personalidad de cada uno ya que el cuento se ‘razona’ y aprovecha de
forma individual por cada persona y en la medida que su persona lo requiera de
forma casi inconsciente. Y cada uno sabe de cada historia lo que le sirve o le
servirá en un futuro a través del recuerdo de dicho cuento.
Y a todo esto cabe preguntarnos, ¿que son los
cuentos? según el Diccionario de la
Real Academia Española de la lengua son ‘narraciones breves de ficción’ además de un
género literario. Según Luisa Valenzuela escritora y periodista argentina y primera mujer en
obtener el Premino
Carlos Fuentes en 2019 el cuento ‘es el rey de los géneros en prosa, ya que
una novela admite y hasta alienta que nos vayamos por las ramas, un ensayo
permite todo tipo de reflexiones e indagaciones. El cuento en cambio exige
precisión. Es un mecanismo de relojería, casi’
Por su parte para Marcelo Lujan, natural del Barrio de Mataderos en Buenos Aires y ahora
residente en España, el cuento ‘es el
género más complejo de la narrativa desde el punto de vista de ejecución como
escritor. En la novela los baches son recuperables y en el cuento no. Un cuento
que cae en un bache y se destensa, es un cuento perdido’.
Para Lujan el cuento es muy potente ya que permite en poco tiempo de
espacio narrativo generar historias potentes e inolvidables. Según este autor
apasionado por abordar la literatura en la distancia corta de los cuentos.
Considera que se su pasión se la debe a su tradición literaria latinoamericana
y rioplatense.
Y es que los cuentos tienen el potencial
de ser increíblemente poderosos. Pueden cambiar la forma en la que nos
relacionamos y combatimos los prejuicios y creencias. Y tienen un gran poder de
persuasión según palabras de la psicóloga Zoe Walkington del Open University de
Reino Unido. Que cita como ejemplo una
investigación que se baso en dos de las sagas literarias más populares de los
últimos años: ‘Harry Potter’ y ‘Crepúsculo’. Con el estudio se demostró que las
personas que leyeron algunos capítulos de esas historias provocaron que se
consideraran con más habilidades para poder mover objetos con su mente que los
que no leyeron ‘Harry Potter’; o los que leyeron la segunda saga estaban
convencidos de que sus dientes eran un poco más largos que de los del resto de
la población.
Con la educación emocional disminuye el bullying, desaparecen los conflictos,
mejora el rendimiento, la conducta. Actualmente los centros educativos forman a
sus profesores en educación emocional, pero aún queda mucho por hacer, y el
cuento es precisamente una de esas herramientas para educar las emociones.
Para Begoña Ibarrola, terapeuta infantil española, escritora y neuroeducadora en inteligencias
múltiples y musicoterapia, el cuento ayuda enormemente a desarrollar determinadas
habilidades, y lo hace además de una forma “muy
sencilla y asequible para el profesorado”. Además, no distingue entre los
cuentos clásicos y los contemporáneos. “Hay
que combinar, porque no olvidemos que los tradicionales hacen referencia a
personajes que son arquetípicos, símbolos, que alimentan el imaginario
infantil. El niño no está tan pendiente de si es el príncipe el que besa a la
princesa, o la princesa la que besa al príncipe, sino que va descubriendo las
enseñanzas que el cuento le va transmitiendo”, sostiene la escritora. “No se queda tanto en las formas; somos más
los adultos los que nos fijamos en los comportamientos sexistas. El cuento
tiene un potencial tremendo a nivel simbólico, porque habla a la mente de una
manera especial: la metáfora le transmite contenidos muy profundos de una
manera muy sencilla”.
Begoña
Ibarrola afirma, asimismo, que “los
cuentos son para niños y para adultos, porque tienen diferentes lecturas y
formas de comprender el mensaje”. Hoy en día, de hecho, hay muchos cuentos también
para el público adulto de autores como Edgar
Allan Poe; Gabriel García Márquez; Charles Bukowski;
Jorge Luis Borges; Julio Cortázar; Emilia Pardo Bazán; Antón
Chéjov; Juan José Arreola; Juan
Rulfo; Ernest Hemingway; Franz Kafka; Ana
María Matute; Oscar Wilde; Paulo
Coelho, etc. Y es que los
cuentos no tienen edad. Un ejemplo de cuento sin edad es 'El principito' de Antoine de
Saint-Exupéry donde cada grupo de edad va a ver el cuento con matices y
profundidad diferentes.
Desde que el hombre es hombre (y la mujer también) y
al principio en las reuniones frente a una hoguera y en épocas ancestrales, los
cuentos han sido un vehículo de transmisión de conocimientos empleados por
todas las culturas. El cuento es una historia corta que acumula mucho mensaje
en poco ‘espacio’ que sirve para transmitir valores y educar las emociones
entre muchas cosas.
El cuento es una
herramienta educativa poderosa de gran valor para el desarrollo de
grandes y pequeños y que sirve para explicar cuestiones difíciles. El cuento no
es ‘invasivo’ y sirve para no violentar cualquier explicación sobre cualquier
tema. Personalmente me gustan los cuentos que tratan de los valores de y de las
emociones… y que ayuden a crear un mundo mejor.
El cuento utiliza un lenguaje sencillo y llano que
ayuda al entendimiento del mundo que nos rodea y ayuda a razonar lo que sucede
por dentro y por fuera de uno mismo. Los cuentos ayudan a dar forma al mundo y
a entender la vida misma. También ayudan a crear vínculos y fomentan el
desarrollo del lenguaje.
Además los cuentos son un vehículo de transmisión
cultural por ello es tan imprescindible que prestemos especial atención a los
mensajes que transmitimos con las historias sobre a todos los más pequeños
porque podemos crear roles y
creencias que creen estereotipos insanos a largo plazo.
Sabemos que en la vida de las personas siempre
surgen conflictos. Pues bien, esos conflictos pueden verse reflejados en las
historias de los cuentos. Al igual que con la conciencia emocional, los cuentos
hacen de espejo y nos ayudan a ver las consecuencias ocasionadas por los
conflictos y ello nos hace desarrollar capacidades para la regulación
emocional.
Ibarrola señala que utilizar los cuentos para la educación
emocional es útil, ya que resultan muy atractivos para los pequeños y esto
ayuda a captar su atención y ese es el primer paso para desarrollar en los
pequeños cualquier competencia o aprendizaje.
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